

En época de poojas, o ofrecimientos (Diciembre a Mayo) todo el camino hasta lo alto de Adam’s Peak (2243m) está iluminado a lo largo de sus cerca de 6000 escalones hasta la cima. Se dice que lo bonito es ascender de noche y ver el amanecer en lo alto de la montaña, y la verdad que tanta gente lo recomendaba y lo hacía de noche que nos decidimos por hacerlo también. Dormimos todos ( 5 personas) en una misma habitación apiñados en dos camas dobles, de 10 de la noche hasta las 3 de la mañana, salimos a las 3:30 del hostal para llegar casi a las 4:00 a la base de la montaña, y llegar arriba del todo justo a las 6 de la mañana. He de reconocer que la ultima parte de la ascensión fue mortal, con la presión de no llegar a ver el amanecer y sin saber cuánto nos quedaba de camino, las fuerzas flaqueando y con una sensación rarísima de calor por el sudor, pero rápidamente congelado del frio por el viento que habia en lo alto. De subida no dejaba de encontrarme con porteadores de materiales para la cantidad de tiendecitas que hay en el camino, con chancletas y camiseta subiendo a un ritmo constante, con unos 100kg de peso a sus espaldas, verdaderamente admirable. Al llegar las vistas eran increíbles, habia muchísima gente ( unas 70 personas) muchos de ellos extranjeros que venían a ver el amanecer y otros tantos locales que venían a rezar, ya que en lo alto hay un pequeño templo budista. Me sorprendió muchísimo cómo al llegar el sol y “acabar” el amanecer, todo el mundo bajó rápidamente la montaña, cuando lo bonito era quedarse ahí un rato, aprovecharse del sol de mañana y ver como las sombras entre las montañas desaparecían, dejando paso a la neblina mañanera causada por la humedad de la jungla, una pasada! Nos quedamos un rato ahí desayunando un poco de fruta y comida que habíamos subido, y poco a poco bajamos. Yo decidí bajar corriendo ya que las piernas de bajada sufrían un montón y se me hacia más fácil el descenso, la gente bajaba escalones como abuelos que no pueden caminar, uno a uno, con una pierna solo, bastante gracioso ver a todo el mundo destrozado por la ascensión. Todos excepto 2 canadienses que subían y bajaban en chancletas y camiseta, como los porteadores, y con una energía de las que requeman un poquito en esos momentos.
Al llegar al hostal me pegué una ducha y decidí mi siguiente destino. Estaba un poco cansado de estar en la montaña y la verdad que no me apetecía irme hacia Haputale, sitio donde están las plantaciones de té donde Sir Thomas Lipton comenzó con su negocio (si, el mismo Lipton del Ice Tea!), y el que había decidido anteriormente que sería mi siguiente destino. Me apetecía ir a la playa y disfrutar del surf en Sri Lanka, uno de los mejores sitios para surfear en el mundo (o eso se dice), por lo que al llegar a Hatton comencé a preguntar por opciones para ir hacia el sur. Tenía claro la playa a la que quería ir , Midigama, ya que ahí se encuentra uno de los sitios mas tranquilos y con buen surf del sur, al contrario de Hikkaduwa, donde hay mucho surf pero mucho lio de gente, u otros sitios como Unawatuna, donde hay mucho lio y poco surf. Para llegar hasta Midigama tenia que llegar hasta Galle, pero curiosamente todas las opciones de autobuses me hacían pasar por Colombo, la capital por la que no quiero pasar hasta el final de mi viaje. Negándome y poniéndome pesado decidir volverme a Kandy, ya que mi instinto( al contrario de los controladores de la estación) me decía que tenía que haber un autobús directo hasta Galle, la ciudad mas grande del sur. Me cogí un autobús hacia Kandy y volví a re-pisar mi camino por segunda vez en Sri Lanka y en mi viaje en general. Llegué a Kandy y efectivamente había un autobús que salía a las 8 de la mañana del día siguiente directo hasta Galle, buen instinto, o buena suerte, el caso es que no iba a tener que pasar por Colombo para cambiar de autobús.

Parece que tuviste que subir unos cuantos escalones, pero por lo que se ve en las fotos, mereció la pena mil veces. No puedo imaginarme lo increíble que debió ser ver un amanecer desde allí. Que espectáculo! Como siempre tus fotos son alucinantes. Me encanta la primera, muy auténtica del momento, la gente y el lugar.
ResponderEliminarPor cierto no se cómo te lo montas para que siempre te cuelen en los sitios de los oriundos del lugar a compartir vivencias y hasta comida. Es genial!