16,17, 18, 19 de Enero 2012. Kandy, Provincia central- SRI LANKA

Los días en Kandy volvieron a ser bastante tranquilos. Me alojé en Pink House, un hostal de los mas baratos de Kandy, que lleva abierto desde hace 25 años ( cuenta el hijo de la dueña que estaba en la primera Lonely Planet de Sri Lanka, y que el primer escritor de la guía se quedaba en su hostal a dormir durante su visita a Kandy). Regentado por una familia encantadora, Eva al mando y con la ayuda de su hijo, su hija y dos señoras más, este guesthouse es sin duda recomendado a tope. No solo por el buen rollo que se nota en cuanto entras por la puerta, sino por la comida casera que puedes comer todos los días, las conversaciones interminables en el porche de la casa y los buenos ratos en general. Aparte de la familia dueña, dentro del hostal habia un señor alemán de unos 58 años, un hippie pasado de rosca que le encanta hacer pensar a la gente a base de hacer comentarios un poco duros. Conversaciones interminables sobre religión, cultura, el hombre blanco (aunque él es alemán se considera Indio luchando contra el hombre blanco). Me llevé bastante bien con Horst aunque resultaba un poco cansino escucharle todo el día quejarse de todo, pero cuando estaba de buen rollo era un tipo muy majo, y sin duda he de decir que es más inteligente de lo que parece, y no tiene miedo a decir lo que piensa de quien sea, con tal de destruir las ideas predeterminadas de su interlocutor.

Como decía los días de Kandy fueron bastante relajados, un dia salí a dar una vuelta por la ciudad y por la zona de los templos donde se encuentra el templo del diente de buda. El susodicho diente se encuentra dentro de una caja que solamente se puede ver ( la caja, no el diente) 3 veces al dia durante 20 minutos. Esto sumado al precio de la entrada ( otras 1000 rupias ), y el hecho de que estaba cansado de ver templos y monumentos, me apoyaron en mi tesis de no entrar a verlo, y la verdad que no me arrepiento ya que por lo que me han contado no tiene nada demasiado especial. Al salir del complejo de los templos me fui a dar una vuelta por la ciudad, para darme cuenta de que tampoco tiene tantísimo que ofrecer esta ciudad. El lago, rodeado de naturaleza, me recordó mucho a alguna ciudad suiza, aunque al ver un lagarto monitor ( no se si se llaman así exactamente ) de unos  metros de longitud te acuerdas de que no estás en medio de los alpes, si no que estas en un país tropical donde A SABER qué hay dentro del agua.

Los cuatro días que pasé ahí los disfruté tranquilamente dando paseos, conociendo partes de la ciudad que no había visto y descansando en general, aprovechando para hacer colada de todas las cosas que me quedaban por lavar, ya que casi toda mi bolsa olía un poco a humedad debido al ciclón de India. Era la primera vez desde que entré en Sri Lanka donde me veía en un sitio lo suficientemente cómodo como para vaciar mi bolsa y rehacer todo de nuevo. También fue uno de los primeros sitios que he podido encontrar como punto de encuentro de viajeros, y donde compartía hostal con un montón de mochileros. Con todos pude compartir algo de información de Sri Lanka, aunque en casi todos los casos era yo el que daba los consejos al resto, tanto de Sri Lanka como de India.